
A pesar del tiempo, siempre recuerdo el viejo portón que unía y separaba la casa de mi tía y la de su vecina donde los muchachos del barrio se reunían en el pequeño espacio exterior para hablar de papalotes, y bailar sus trompos.
Se recostaban a la vieja puerta de madera que, protestando, soltaba sus pedazos sin pintura, débiles y arenosos.
Recuerdo que en numerosas ocasiones, discutían y pleiteaban por una u otra cosa sin importanciay mi tía acababa la agitada discusión a cubetazos de agua con el pretexto de quitar el polvo del pasillo y el portón una y otra vez era bañado por el agua que aumentaba su humedad y oscurecíasus viejos tablones.
Detrás de aquel portón se extendía un estrecho pasillo cementado que llevaba al pequeño patio trasero cercado con telas de alambre y un muro de concreto que lo independizaba de los patios vecinos.
Por ese pasillo veía correr el agua cuando llovía y nos encantaba llenarlo con barquitos de papelque navegaban con la fuerza de la corriente. Recuerdo, que según la calidad del papel, nosduraban más o menos aprendiendo de la fuerza en la caída del agua de lluvia y que el papeloscuro de cartuchos era más resistente (y el que mi primo siempre escogía) para ganar enaquellas inocentes competencias.
En el otoño,, ese pasillo se llenaba de hojas traídas por el viento, a veces secas; otras con suscolores naranja, verdosas o color café y que mi tía hacía barrer cada tarde con la brisa amarillo- soleada que me despeinaba!
Jaulas con tomeguines, algún canario cantor y azulejos colgadas en la pared alternaban con algunos geranios y violetas dándole un poquito de color a aquella, humilde, sencilla y rústicacasa familiar.
Detrás de aquel portón que tantas veces abrí y cerré; se quedaron años de nuestra infancia, añosde sueños y fantasías… años que no volverán.
..nunca más lo he vuelto a ver, me encuentro lejos en el tiempo /muy lejos del lugar/ .. pero, en mi memoria imagino y creo ver otra vez aquel viejoportón con sus bisagras oxidadas, tablas raídas, vestido con la negrura del tiempo en aquelpasillo estrecho con otras flores y quizás otros pájaros y que servía de taller artesanal cuandohacían los papalotes y los estiraban en el suelo al colocarle los hilos para timonearlos.
Hoy, ya no es entonces, pero el viejo portón sigue allá con frágiles pestillos, con la negrura deltiempo y sus recuerdos… pero… coservo y creo oir el sonido peculiar de sus cerrojos y bisagrascomo gemido quejumbroso de mi susencia:
que chirrea en la soledad de su abandono
que grita sus quejas en cada hojeada,
que pregunta por nosotros en cada pedazo desprendido de sus entrañas húmedas,
oscuras y amarillentas; arenosas y flácidas!
Que deja correr la lluvia por sus pasillos porque los barquitos de papel se han
ido a otras aguas para morir en nuevas aventuras,
Que el otoño los inunda con las hojas que el viento trae y se amontonan en
sus orillas esperando al menos que alguien perciba el cambio de estación!
Que sumido en el Silencio de su soledad siente que ya no hay en los más jóvenes
la ilusión de un papalote que en febril inocencia elevaban al cielo, creyendo alcanzar al sol.
…….
Allá,, formando parte de las ruinas y los olvidos, se quedó el viejo portón, como obligadopaisaje del amargo dibujo de ¡nuestros tiempos!
Porque, ¡TAMBIÉN LA MEMORIA USA SUS PINCELES!

Había una vez una margarita blanca y otra amarilla que habian nacido
en un mismo tallo. Ambas pertenecían a una sola planta que a su vez formaban una familia de la misma especie en un pequeño patio.
La margarita blanca, era alta, esbelta, suave, tranquila; tan noble de espíritu que todos le sonreían al pasar.
La margarita amarilla nacida a su lado era un poco más pequeña, alegre, juguetona; siempre en movimiento – tanto! que rompía la pasividad de su hermana(casi gemelas) y ésta a su vez le transmitía a su traviesa menor, la paz que tanto necesitaba.
Las dos flores crecieron en el mismo lugar, nunca una abandonó a la otra; de lindas y tiernas criaturas pasaron a ser fuertes en sus tallos, la blanca más culta, más paciente y … más callada..
La amarilla, dinámica y resuelta pero las dos frágiles ante las tormentas; junto a su madre “tallo”, pasaron vientos fuertes y tempestades,
mareas altas; enfermedades y epidemias;
vieron como las hierbas malas crecieron a su lado y..” como un día al trigo”quisieron ahogarlas….
.. Y enfrentaron el frío!! Y se abrazaban la una con la otra para calentarse en un mismo abrigo!
Así vivieron las dos margaritas; creciendo y triufando unidas por una hermandad no muy usual.
El tiempo pasó y a la margarita amarilla le nacieron dos botones, -qué alegría!
-qué sorpresa!
Y nacieron dos nuevos retoños y eran hijos de las dos y las dos los cuidaron y mimaron y protegieron….hasta que un día la margarita blanca amaneció marchita y su espiga se fue doblando hasta que se partió.
-La margarita amarilla no tenía consuelo.
Tiempo después el tallo madre también se dobló y en pocos dias murió de tristeza al faltarle su primer botón.
Desde entonces, la margarita amarilla vive acariciando los tallos partidos que le dieron vida, aferrada a sus dos retoños que para Bendición de la vida y Premio a su gran amor por ellas se han multiplicado y son ya cinco sus nuevos botonesque ríen y cantan y sueñan y piden y se mueven con el aire y gozan con la lluvia y el frío y el sol.
Todavía la margarita amarilla sueña y hasta sonríe y aunque hace años fue transplantada de aquel patio familiar, aún recuerda cada una de las plantas que junto a ella crecían y con tristeza infinita los ve llegar entre nubes de recuerdos.
Margarita amarilla ha buscado en otras flores a aquella margarita blanca que tanto la cobijó, pero… ha encontrado rosas que tienen espinas, claveles que no duran mucho ; ha visto otras pequeñas que se cierran sólo al tocarlas, unas que son bellas pero sólo de día y otras hermosas que abren solamente de noche;
muchas que se venden caras y otras que no tienen ni perfume que dar…
y.. así, buscando en otros jardines ha pasado su vida; pero cuando abre aquel libro Sabio , encuentra a su margarita blanca…-aquí está!
Seca, recta descolorida y muy frágil, pero…con su mismo encanto…
su acento y su olor!!.....
Érase una vez…. “ dos margaritas” hermanas…..

Mi sobrina, acaba de cumplir tres años de edad. Desde que comenzó a hablar lo hace simultáneamente en Inglés y Español, -que es su lengua materna-, por lo que todos en la familia procuramos corregir su pronunciación cada vez que dice alguna palabra mal dicha.
Cierto día, después de pasar la tarde en el circo local con sus padres, llegó a nuestra casa con uno de esos muñecos de peluche que están ahora tan de moda.
-Tata, mira lo que papá me compró en el circo.
-Y ¿qué animal es ese? –pregunté extrañada.
-Es un “Momingo” –contestó la niña mientras extendía una bola de peluche color rosa con un pescuezo larguísimo y dos largas patas de fieltro amarillo.
Corrigiendo la palabra mal dicha, deletreé muy despacio la palabra correcta para que la niña la recordase.
-Querrás decir un “Fla-min-go”, ¿no es así? – ella escuchó atenta, pero no dijo nada y se fue a jugar con su nuevo juguete.
Horas más tarde llegó una vecina de visita y después de saludarnos a todos, la niña le mostró su nuevo peluche.
-¡Qué muñeco tan lindo!- exclamó la señora - ¿y cómo se llama? –le preguntó a la niña que le respondió con mucha seguridad, pronunciando sílaba por sílaba, muy despacio…
-Es un “Mo-Min-Go”
FIN

La mañana se abre como un lindo abanico español. Los rayos del Sol al penetrar por la hendijas de la vieja y semi abierta ventana se expande como un haz de luz, de rayos naranja y dorados pintando como con mágicos encajes la pequeña salita, para ir a posarse sobre la pintura del divino pastor…
Por unos segundos contemplo extasiada la escena, ni el más célebre pintor, lo hubiera hecho mejor que mi Creador. Siento gratitud hacia Dios por crear tanta belleza .
Lentamente me dirijo a la puerta, al asomarme, mis ojos quedan presos en el viejo rosal, que nuestra madre sembrara cuarenta y seis años atrás. Las últimas gotas del roció mañanero resbalan por los rojos pétalos de rosa, como si fueran diamantes deseosos de correr a besar la suave y fértil tierra.
Hoy me siento alegre!! Con esa alegría que a los viejos nos produce el saber que tendremos las vivencias, el romance, las alegrías , un día más! Porque aunque soy la abuelita Fefita, aún conservo admiración porlas cosas bellas, la poesía, la admiración por una inteligencia preclara, un alma hermosa y compasiva y un amor infinito por la familia y, la amistad.
Respiro el aire fresco que me brinda el día, decido entrar y comienzo a recorrer el pasillo que me lleva a la cocina, me detengo… vacilo nunca puedo avanzar, sin detenerme ? que es lo que me detiene siempre aquí ?... El pasillo es ‘Mi Galeria”… Es ese lugar mágico de la casa, lleno re recuerdos, logros, triunfos, amores, momentos estelares y sobre todo “ MUCHO AMOR”
Comienzo…Esta pared atesora muchos recuerdos, son mis memorias… Cuando me siento sola o tengo nostalgias, recorro esta pared y encuentro mi historia Y me consuela ver a mi niña a los cuatro añosvestida de ballerina junto a las ballerinas del pintor Degas y junto a este, ya a los nueve años preciosa bailando “La Jota Aragonesa”, y junto a ella en sus 4 anitos esta su pequeña bailando con el traje que usara su mami nuestra querida jota.
No siempre encuentro consuelo. Cuando mis ojos recorren la imagen de mi bandera y recuerdo el Adiós,siento que me dan escalofríos y aunque América me abrió sus brazos y aquí he visto florecer maravillosamente a mi hija y ahora a mi nieta, nuestro lindo capullo, no puedo dejar de recordar mis días de escuela cuando trémula al saludar la bandera recite en ocasiones a la Avellaneda “ Al Partir” mis emociones me invaden pero se apaciguan cuando al cambiar la vista contemplo los logros obtenidos, diplomas, honores, en fin los logros conquistados, me animo de nuevo y aunque sé que el adiós fue no hasta luego; sino para siempre reacciono y medito… valió la pena, me consuelo y vuelvo a ser la abuelita en tierras lejanas, pero libre y sin amos.

…con sombrero y enaguas, cruzaba la avenida, era una señora hermosa, de pelo largo y ondulado. Se adentró en el parque, caminó entre las rosas; sonreía callada cual cómplice única de momentos dichosos..
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..sus manos robaban una flor para ella y una espina guardián dejó huellas de carmín en sus zapatos.. el dolor no impidió el abrazo (libre de pesares) lleno de alegría, olvidando preceptos, recatos y ¡los Mandamientos! La tarde corría veloz, el cielo se llenó de brumas y bajo el manto de las sombras confundiéronse, se hicieron uno! ¡entre la rosas! ~~~~~~~~~~~~~
Todo aquel paisaje ¡tan suyo! Se agolpó en su memoria, mientras la brisa movía las Cintas de su sombrero. Se acercó al rosal, acarició sus pétalos (como lo hiciera una mariposa) y.. una espina imprudente pinchó sus dedos!... de nuevo la sangre brotó rápidamente /la llevó a su boca/ y su sonrisa cómplice se volvió una mueca al sabor metálico de la sangre fresca.
Los faroles del parque dan señales que llega la noche temprana y…. emprende el regreso. Cruza la avenida, el sombrero en la mano, su cabello suelto, la sangre entre sus dedos y lágrimas que corren por su rostro ajado.. con sonrisa cómplice ¡revivió el pasado! Y ¡los siete pecados!
…allí (recordó) exhaustos de amor, vivieron los dos (su historia) entre rosas y espinas con la tarde oscura de una primavera fresca.. allí se confundieron entre el cielo y la tierra ¡con alma y corazón! como mar y arenas al golpe de las olas!
Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, ¡no has amado! W. Shakespeare

“….Imaginaba su guitarra acompañándolo y prendía a entonar una
de aquellas décimas que improvisaba con tanto amor…”
Habían pasado los días de primavera y tal parecía que el sol se había quedado
dormido, mientras la luna se mantenía alerta hasta bien entrada la mañana.
Cuantas veces en su lento andar hasta el trabajo, Andrés podía contemplar maravillado
este encuentro;; esperaba hasta que la luna desapareciera completamente, y el sol lo
acariciara y le diera los buenos días.
La mente de Andrés volaba como pájaro libre, adoraba la tierra, su rancho, sus palmas
y su guitarra.
¿Por qué había venido si aquí nadie lo esperaba?
Continuaba con su andar, aquel largo trayecto que aún le faltaba
En sus zapatos y sus ropas se asomaban las huellas de un largo andar, en su hombro
llevaba el recuerdo del último abrazo de aquella mujer que aferrada a él le pedía, casi
le imploraba, que se cuidara y que nunca la olvidara cuando se despedían en aquel
viejo aeropuerto.
Una sonrisa asomó a sus labios éste era un recuerdo triste y a la vez cargado de
dulces memorias consolador.
Imaginaba su guitarra acompañándolo y prendía a entonar una de aquellas décimas
que improvisaba con tanto amor.
Desde niño ya se le asomaba la pinta de artista y su “Mae”, lo llamaba: mi pequeño
Su música era como él libre y un poco tonta; tenía sabor de alegría amarga; pues su
dolor, su vida, sus escases y sus esperanzas, las transmitía como quien sin querer, se
burla del destino Así la gente creía que él era feliz; una sonrisa en sus labios y una
carcajada en su corazón era todo lo que tenía para dar, pues su dolor y sus lágrimas
no se sabe donde las guardaba, esas eran para él nada más.
A solas con su tonada, como cuentas de un rosario dejaba rodar una a una aquellas
gotas de sabor amargo y salobre… y así cantaba:
“Madre mía yo recuerdo, cuando Ud. Por mí lloraba; y hoy que se ha ido tan lejos, soy
yo quien llora su ausencia.
Recuerdo traigo de lejos, desde allá, desde mi infancia; donde de sus labios, Madre, yo
ignorabas sus consejos.
En ese entonces, mi vieja, Ud. Siempre me cuidaba y hoy que sólo ando la brecha, yo
recuerdo sus palabras, porque Ud., madre de mi alma, dejo e n mi- toa- su confianza,
porque también me impregnó la gran sabia de su aguante…”
Siguió Andrés su camino, conversando con su vieja, cuando sintió, que de su hombro
se deslizo una mano tibia. Buscó a su alrededor y se sorprendió al encontrarse frente a
la fábrica donde trabajaba.
-¡Dios mío! ¿Qué pasa? Me ha – prestao- Ud. A mi vieja aunque sea por un rato…
Se lo agradezco, mi padre, porque desde que se fue a su lado, ¡Como la he-
necesitao!.
Una paloma blanca volaba hacia lo alto llevando en su pico cuatro espigas de
alabanzas con las hojas de alegría y su tallo de esperanza. Adios, Madre…

A diferencia de la situación actual, por los años de 1950 el South Bronx no era un barrio de edificios decrépitos, sino que había una comunidad judía muy
pujante con sinagogas, mikves, carnicerías kosher, típico de una comunidad
judía ortodoxa.-
El "baby boom " de la posguerra creo muchas parejas jóvenes de padres
jóvenes.-
Así es que se abrió una tienda de artículos para bebes, se llamaba Sisker's
y estaba ubicada en la esquina de Westchester y Fox. Su lema publicitario
era " Todo para el bebe ". El inventario incluía cunas, carritos, corrales,
sillas, mesas para cambiar pañales, juguetes y muchas cosas más, todo lo
imaginable.-
El señor Sisker y su yerno Lou Kirshner prosperaron como comerciantes en esa área gracias al " baby boom ".-
En la tienda se hablaba idish principalmente, pero venían también clientes
que no eran judíos a comprar de todo para sus recién nacidos.-
Un día de primavera, la tienda estaba llena, tanto es así que
Sisker y su yerno no daban abasto con tanto cliente. Desesperado Sisker
salió a la calle a parar al primer joven que pasaba por allí.-.-
“Joven " le dijo nervioso a este morenito que justamente pasaba por la puerta del negocio en esos momentos, " ¿te gustaría ganarte unos dólares? Necesito a alguien que me ayude en la tienda. ¿…quisieras trabajar con nosotros?"
El negrito joven, alto y flaco sonrió mostrando muchos dientes en una sonrisa de oreja a oreja...
“Si, ¡claro que me gustaría! "
“Bien, ven conmigo y empecemos "
El joven siguió a su nuevo jefe de la tienda, Sisker quedo muy bien
impresionado con la actitud y los modales del jovencito. Al pasar el tiempo
Sisker y su yerno se quedaron cada vez más asombrados por la competencia,
puntualidad y capacidad de aprendizaje del jovencito que habían encontrado
por casualidad.-
Se consideraron muy afortunados por haber encontrado un empleado con voluntad casi de soldado para hacer bien hasta las cosas más tediosas y comunes.-
Desde los 13 años y hasta su 2° año en la universidad el joven trabajo de 12
a 15 horas por semana, cobrando de 50 a 75 centavos la hora, llenando
estantes, descargando camiones y preparando envíos.-
Sisker y Lou, se enteraron que sus padres eran jamaiquinos, y el joven por
su parte, aprendió a hablar bastante bien en idish. Tanto es así que el joven negro llegó a hablar en idish con ellos y con los clientes que aún no hablaban inglés.
A los 17 años, trabajando en la tienda, el joven empezó a ir a la
Universidad en el City College de New York. Allí se sintió muy cómodo dado
que la mayoría de los estudiantes eran judíos, con los que podía hablar en
su lengua.-
Comenzó sus estudios de ingeniería y luego de geología los cuales no eran fáciles, por lo que tuvo que renunciar a su empleo en la tienda; pero quedó siempre agradecido por la estabilidad financiera que sus patrones le habían ofrecido durante varios años.-
En 1993, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de los EUA, 2 años
después de la Guerra del Golfo, visitó Israel. Al ser presentado a Itzjak
Shamir, el primer ministro, en Jerusalén, Colín Powell le dijo: " Me kent
reden Idish " (podemos hablar en idish), Shamir quedó asombrado
y apenas logro recomponerse cuando el que ahora es Secretario de Estado de
los EUA continúo hablándole en idish. Colín Powell no se ha olvidado de sus
años en la tienda de Sisker en el Bronx.-

La encontraron casualmente, confundida entre las piedras y los cocos secos, mientras limpiaban aquel patio familiar lleno de pencas de palmeras y de cocoteros.
Eran días comunes en el diario acontecer de un pueblito pequeño en la isla grande del Caribe.
Manos buenas rescataron al reptil que silencioso, magullado, herido y sediento, parecía que iba a morir… la llamaron Aurora, era un prehistórico ser que inspiraba además de compasión era como la imagen profética de un futuro esperanzador.
Aurora fue curada, cuidada, y colocada en un estanque; alimentada y velada como mascota llegando a ser por un tiempo parte de aquel hogar familiar.
Hasta que…llegaron las lluvias y rebosó los límites del estanque, Aurora, quizás por instinto Natural buscó los rumbos de su hábitat; tal vez el flujo del agua estimuló su salida de aquel noble refugio en busca de la aventura de vivir errante, y conocer otros caminos, o ¡a conocer la muerte!
Días pasaron sus amigos en la búsqueda; registrando patios, revisando puentes, levantando piedras hasta que desconsolados dieron a la centenaria Tortuga por perdida.
Una tarde… ¡estamos de fiesta! Oyeron a alguien decir…”hoy es a la francesa” decía otro con eufórica voz /las voces provocativas de la celebración malsana/.
Los vecinos escuchaban atónitos y un mal pensamiento les embargó el corazón!
Mientras Aurora, asistía envuelta en aromáticos guisantes a la sólida fuente humeante de una burda cocina vecinal. ¡Bon apetite!
En la cena cruel…